martes, noviembre 13, 2012

Sangre, votos, manifestaciones:


Con el subtítulo de ETA y el nacionalismo vasco radical 1958-2011 escriben los jóvenes historiadores vascos Gaizka Fernández Soldevilla y Raúl López Romo un libro (Editorial Tecnos) necesario, yo diría que único en su categoría (la historia de ETA desde la rigurosidad académica) e imprescindible sobre los largos cincuenta años de existencia de ETA y el entorno que la hizo posible.

En el título está perfectamente condensado lo que pasó durante ese tiempo en el paraisito que muchos creen que es este pequeño país vasco. Se ha combinado a la perfección la sangre de los atentados (nada menos que 858 asesinatos de ETA) con la usurpación del sistema democrático los votos y la movilización constante para impedir el establecimiento de una sociedad normal, las manifestaciones.

Copio de la contraportada: Sangre, votos, manifestaciones versa sobre una cuestión tan candente como polémica: el pasado reciente de ETA y su entramado civil, la autodenominada izquierda abertzale. Desde los años sesenta a nuestros días esta organización terrorista ha condicionado dramáticamente la vida política, social y económica de España en general y del País Vasco en particular. Sin embardo todavía hay aspectos de la historia del nacionalismo radical que resultan desconocidos para la ciudadanía o han sido tergiversados intencionadamente, de modo especial los referidos a la etapa del tardofranquismo y la Transición. Durante esos cruciales años ETA y su entorno sociológico adoptaron la triple estrategia en pro de la independencia de Euskadi que los ha caracterizado y que da título a la presente obra: sangre (el terrorismo de la banda), votos (los candidatos de HB, su brazo electoral, que se presentaban a los sucesivos comicios para dejar luego vacíos los escaños que obtenían) y manifestaciones (las movilizaciones sociales, que acabaron adueñándose de las calles del País Vasco). La presente obra relata cómo se ha construido dicha comunidad incivil, cuáles han sido sus resortes discursivos y movilizadores, y responde al interrogante de por qué ha prendido la violencia en la Euskadi de las últimas décadas.

Se trata de un libro que además de contar con una  amplísima bibliografía de referencia y documentados anexos, 63 de sus 403 páginas se dedican a ello, se lee “de un tirón”.

Copio el último párrafo que me parece importante y da idea de cómo está la cosa

Actualmente la izquierda abertzale acude, como antes de su ilegalización, a las elecciones, pero no deja vacíos los escaños que obtiene. Sigue convocando rutinariamente movilizaciones, pero en ellas ya no clama por la continuación de la violencia ni se considera que la calle es, frente a las instituciones, el ámbito privilegiado donde hacer política. Y ha renunciado al empleo del terrorismo, propugnando medios exclusivamente pacíficos. Es cierto que en los últimos años, ETA ha declarado treguas que calificó como permanentes o indefinidas y que, sin embargo, terminaron con nuevos asesinatos. Conviene por tanto, guardar cautela. La izquierda abertzale no renuncia (ni tiene por qué) a sus objetivos de siempre: la independencia de Euskadi y el socialismo. El problema es que las huellas del fanatismo no se borran de la noche a la mañana: todavía muchos siguen viendo esas metas como una verdad absoluta.  Por tanto, que los etarras dejen de apretar el gatillo no lo cambia todo inmediatamente. Pero la relación con ETA ha sido el elemento más diferenciador de ese sector sociopolítico. De modo que, en caso de confirmarse el abandono de la violencia, estaríamos ante una transformación fundamental en una de las grandes culturas políticas de la Euskadi contemporánea. No asistiríamos al final del nacionalismo vasco radical, pero sí al de una forma de abertzalismo subordinado a ETA, que durante las últimas décadas ha venido conjugando sangre, votos y manifestaciones como sus principales formas de acción y señas de identidad.

Todo podía haber sido diferente.

No dejen pasar la ocasión de leerlo.

6 comentarios:

Nacho Vega dijo...

D. Rubín escribió:

No dejen pasar la ocasión de leerlo.

No lo haré, D. Rubín.

Gracias por su recomendación.

Un abrazo.

Rubín de Cendoya dijo...

Me parece un gran acierto amigo. Se trata de la obra de dos historiadores muy jóvenes pero muy preparados. Los dos son doctores, y en la UPV hay un plantel de historiadores muy pero que muy serios.

Existe una amplísima historiografía sobre el nacionalismo y sobre todo de la primera mitad del siglo XX, pero hasta ahora no había nada, académicamente hablando, sobre ETA y los movimientos de su entorno. Seguro que es una obra que sentará cátedra. No le defraudará.

Nacho Vega dijo...

Menos mal que ha entendido usted el sentido de me comentario, amigo D. Rubín. Tal y como lo escribí, podía perfectamente pensarse que haría lo contrario a lo que usted nos recomendaba: No leer el libro.

Mi sintaxis es cada vez peor. ¡Cachis diez!

Un abrazo.

Carlos Gorostiza dijo...

Es interesante de verdad. No soy un experto pero los capítulos del ecologismo y el feminismo en relacion con el mundo del nacionalismo radical son reflexiones imprescindibles.
Creo que acabará siendo un libro de referencia sobre la historia reciente del Pais Vasco..

Cándido dijo...

Hola Rubín, tengo que sacar tiempo para leer más, el blog de Don Santiago es adictivo, mucho.

Navarth me ha mandado un libro sobre un tema que nos interesa mucho y este que nos presentas tú es muy complementario.

Me encantaría leerlo.

Un abrazo.

Rubín de Cendoya dijo...

Cándido, seguro que no le defrauda.